Los edificios públicos, ayuntamientos rurales, hoteles, etc, así como las viviendas particulares, emplazadas en el medio rural, pueden acoger elementos de generación que permiten obtener rentabilidad de los recursos renovables autóctonos. Si existe consumo eléctrico, la energía generada puede utilizarse para satisfacer la propia demanda. En caso de que exista excedente de generación, puede venderse a la red de distribución obteniendo rentabilidad económica o implementar un sistema de inyección cero que evite el vertido.

En cualquier caso, la incorporación de generación renovable permitirá reducir o compensar las emisiones de gases de efecto invernadero, o CO2, reduciendo así el impacto de la huella de carbono del edificio.

Las cubiertas de los edificios pueden ser una ubicación adecuada para instalar paneles fotovoltaicos. Si el lugar en el que se encuentre el edificio presenta viento suficiente, los generadores eólicos o minieólicos estarán indicados. El primer paso será un estudio de los recursos renovables disponibles en el terreno, seguido del correspondiente diagnóstico de rentabilidad, incluido el dimensionado que resulte mejor desde el punto de vista económico. Cada caso es diferente y las instalaciones de generación renovable serán mucho más rentables si se han diseñado especialmente para la situación.